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viernes, 4 de septiembre de 2015

Babadook

Luego de unas largas y bien merecidas vacaciones he vuelto para quitar las telarañas y el polvo acumulados durante más de un mes de inactividad y abandono. La verdad, es que me da hasta vergüenza lo poquísimo que escrito, pero entre el calor, la playa, y la falta de wifi, las ganas de ponerse a escribir desaparecían exponencialmente. Pero menos mierda autocomplaciente, he vuelto, y he vuelto con bilis, demasiada para un organismo humano saludable. Así es, hoy no voy a criticar, voy a despellejar una película, con tanta saña que voy a dejar a El pianista como una cinta familiar. Y es que Babadook lo merece… vaya que si lo merece.

Hubo un tiempo en que el género del terror en el cine brillaba con una oscura pero intensa luz. Espantosos monstruos que hicieron las delicias de los espectadores, primero en el cine mudo y posteriormente con los grandes clásicos de la Hammer; películas sobre temas tan sombrios que arrastran aun a día de hoy leyendas negras como El exorcista o Poltergeist, y grandes obras que, si bien entonces no contaban con los despampanantes efectos actuales tenían corazón, y ganas de estremecer. Sin embargo, a dia de hoy no queda nada de la genialidad de las películas de antaño, a mi parecer, el terror en el cine murió con Silent Hill. De por sí, es el género peor valorado por la crítica especializada en cualquier arte, pero, mientras que en la literatura el terror goza de una cierta elegancia –la calidad de Allan Poe es incuestionable, y eso a los critico les jode muchísimo- y en los videojuegos la inmersión del jugador es tal que el sentimiento de horror se acrecienta hasta rozar la delgada línea que separa la diversión del infarto. Una película de terror no tiene la elegancia y el arte que posee la literatura ni la interacción y sensación de inseguridad de un videojuego; se encuentra a mitad del camino de ambos, pero completamente perdido. Actualmente, el género se ha rendido al efectismo barato, al susto fácil y al violín estridente, rehuyendo cualquier intento de crear tensión o una atmosfera malsana, convirtiéndose únicamente en un recurso mas para que adolescentes puedan sentirse machos alfas mientras sus ligues se aferran a ellos a cada susto del cuarteto de cuerda. Ahora el cine de terror no da miedo, da sustos; películas como Insidious, Sinister, Paranormal Activity están cortadas por el mismo patrón, son complacientes, tiran a lo fácil y se dirigen al mismo impúber público, y prueba de ellos son la ingente cantidad de secuelas, a cada cual más abyecta. Viendo el panorama que acabo de describir es normal que Babadook se diferenciara y se vendiera como la MEJOR película de terror actual al alejarse de todo lo que ofrecían sus hermanas tontas y de crear un terror psicológico fresco y original…

Babadook y el acoso sexual

Mirad… Babadook no es ese diamante en bruto oculto entre el montón de carbón, no es ni será la película definitiva que intentan hacernos creer, por mi parte, ni siquiera la considero una película buena y mucho menos superior a sus hermanas. Vender mal a una película puede condenarla, creedme, a mi me vendieron Origen como la versión nolaniana de Matrix. Sin embargo, al Cesar lo que es del Cesar, Babadook no es buena… pero digamos que si intenta ser original, aun fracasando estrepitosamente.

Esta es la historia de una madre soltera y su hijo, un desequilibrado mental atormentado por terrores nocturnos, histérico e hiperactivo, que tiene completamente amargado a su madre ya de por sí bastante inestable por la muerte de su marido. Una noche, para ayudar a dormir al pequeño la madre le lee un cuento llamado Babadook, un cuento con ilustraciones siniestras y trama macabra. Desde ahí, nuestros protagonistas se verán constantemente asediados por la presencia del Babadook

Te voy a devorar el colon mientras duermes

Babadook intenta desesperadamente diferenciarse del cine de terror actual: apuesta por una fotografía más cuidada, algún que otro toque interesante en el montaje con algunos juegos de racord y planos y trata de crear una atmosfera opresiva y desagradable. Mucha gente dice que resulta hasta poética y metafórica, mintiendo descaradamente, porque la película tendría que buscar esas palabras en el diccionario primero. Simplemente echándole un vistazo a los 20 primeros minutos de la cinta podemos darnos cuenta de dos grandes problemas. El primero, el guion. La mayor parte del guion hace que la historia avance forzada, por situaciones imposibles provocadas por diálogos tan artificiales y convenientes que sacan de la experiencia. Les pondré un ejemplo, sin spoiler, que ocurre en los primeros minutos. Como he dicho en la sinopsis, la madre es viuda y no lo ha superado, bien, pues curiosamente la película quieres que veas cómo no solo no lo ha superado si no que esta… como una puta cabra. Está en el cumpleaños de su sobrina junto a otras madres, madres que saben de su historia y, sin provocación ni alevosía, una de ellas dice: que valiente eres que estás sola y has superado la muerte del marido, o algo así. Es tan aleatorio y gratuito este dialogo que me dio un escalofrió; pero es que la reacción de la madre es, si cabe, aun mas aleatoria y absurda, totalmente fuera de tono. Perlitas como estas, unidad a una crueldad despiadada e inhumana de los demás personajes igual de gratuita, salpican la narración constantemente, y sientes que la película avanza no porque fluya con naturalidad, si no porque el guionista y director están hay detrás moviendo los hilos a su antojo y con mucha mala leche, enrollándolos, y haciendo que un cadáver reanimado como es Babadook se ahostie irremediablemente.

Si abre mas la boca se come a si mismo

El otro punto negativo son las actuaciones. Sería hipócrita enfocarme en esto, una película independiente australiana no puede permitirse un elenco hollywoodiense como Sinister –que tenia al resucitado Ethan Hawke-. Pero aquí el problema esta mas en la dirección que en la actuación. Mirad, si cogemos El resplandor podremos ver el mismo problema: esa película nos quiere mostrar la evolución del protagonista, como pierde la cordura y se transforma en un psicópata con un hacha; el problema es que ese protagonista es Jack Nicholson, que ya arrastraba una cara de loco desde el minuto uno. Aquí ocurre exactamente igual, pero sin… el talento de Kubrick –me ha dolido decir eso-. Babadook quiere mostrar la demencia de la madre, y cogen a una actriz con cara enfermiza que al poco tiempo ves como se transforma en un rostro contorsionado a lo mascara kabuki para mostrar lo que ya sabemos: QUE ESTAS LOCA. Esa transformación no provoca ninguna reacción porque es evidente y no asusta, es tan histriónica que provoca comedia. Pero la madre no es la única con este defecto, el hijo no le va a la zaga, y si eres asiduo a leer críticas, puedes ver como yo no soy el único que desearía estrangular al criajo con sus propias manos. Podemos ser objetivos, y debemos serlo: un niño con terrores nocturnos no es un chaval normal y los niños pueden llegar a ser cargantes, son niños y debemos entenderlo. Joder, pero es que cuesta. Entre que se pasa la película gritando histérico, un complejo de Edipo mal tratado, manía persecutoria y comportamientos psicóticos, y que cada dialogo suyo dan ganas de apedrearle la cara por el motivo que he expuesto en el párrafo anterior, empatizar tanto con el crio como con la madre es imposible, solo quieres que el Babadook venga y se los coma. Y explote de la indigestión.

Este es el Babadook -y la ultima, lo juro-

Hablando ya del Babadook, monstruo y detonante de la verdadera historia, tenemos lo que se supone es el gran fuerte de la película. Confieso que las ilustraciones del libro me encantan, y hasta el final el monstruo también. El diseño del monstruo parece una pesadilla de Edward Gorey, las escenas del libro son, para mí, lo más logrado de la película, pues ahí si se nota la atmosfera opresiva, la tensión, ahí es cuando la película de verdad te tiene atrapado entre sus garras. Pero te escapas al poco tiempo. He empezado esta reseña diciendo rehuía del susto fácil y los efectismos del cine de terror moderno, pero tal vez debiera haber matizado. Babadook tiene lo mismo que sus parientes, pero con menor presencia. Los sustos están ahí, tan poco cuidados como en cualquier película que utilice violines para enfatizar, y eso le quita toda la originalidad que a priori parecía tener el monstruo. Si veis el final de la película entenderéis a que me refiero, el monstruo manipulador en la sombra que juega con la oscuridad para atormentar se convierte en el típico monstruo que, para colmo, hace ruidos de dinosaurio.


Si al menos la película intentara lo que Shutter Island y jugase con si todo es producto de la locura de los protagonistas o de verdad existe el monstruo –la película lo deja todo muy claro con el final-, si de verdad explotara bien el sentimiento de culpa de la madre o respirase una verdadera atmosfera de cuento de terror tal vez le otorgaría a la película el titulo de inteligente. Pero ni existe ese juego, ni explota algo que, a mi juicio, haría la película muchísimo más interesante y la acercaría mas al thriller que al terror, ni logra atraparte por su ambientación o su historia. Esa patina intelectual de la que han revestido a la cinta he hecho que la juzgue con más dureza de la que merecía. Porque Babadook es eso, otra película de terror moderna mas, algo más original, pero igualmente fallida.


EUTANASIA AQUI

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