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miércoles, 25 de febrero de 2015

W. H. Hodgson: Carnacki el cazador de fantasmas

Con el maravilloso examen de zoología que tengo este viernes no he tenido tiempo de escribir apenas para el blog, y el ritmo de entrada diaria que me había propuesto se ha desmoronado mas rápido que mi autoestima al ir al gimnasio -el humor, ¡¡el humor!!. Pero aquí les traigo una nueva reseña, esta vez de una colección de cuentos de terror.
La aparición de Sherlock Holmes en la escena literaria allá por las ultimas décadas del siglo XIX encendió una mecha dentro del genero policíaco que detonaría en una explosión de nuevos detectives en los primeros años del siglo venidero. A Sherlock Holmes le siguieron muy de cerca Rouletabille, el hiperactivo periodista de Gaston Leroux (actualmente mas conocido por su Fantasma de la Opera), el cándido padre Brown, cura detective, de su paisano G.K Chesterton, cada uno de ellos con un modelo deductivo diferente pero igual de heterodoxos que los del detective de Baker Street. Junto a este boom del genero policíaco, un nuevo detective comenzaba a surgir gracias a otra novela de temática muy diferente, Dracula. Así, Van Helsing se convirtió no en el primer detective de lo sobrenatural, pues ese puesto lo ocupa el mas desconocido Dr. Hesselius, de Sheridan Le Fanu, pero si en el mas famoso, el que creo escuela: Algernoon Blackwood crearía al esoterista John Silence, Seabury Quinn al cazador pulp Jules de Grandin, y W.H Hodgson a Carnacki, el cazafantasmas que ahora nos ocupa. Actualmente, la creación de Hodgson es, junto con Van Helsing, de los mas famosos dentro de su gremio gracias a su aparición en el tercer tomo del cómic de Alan Moore La liga de los hombres extraordinarios, obra que recomiendo, excepto el tercer tomo, en el que a Alan Moore se le fue la flapa.

Este Moore es un loquillo...

En esta colección, traída, como siempre, por la excelentísima editorial Valdemar, Cthulhu la tenga en su gloria, se reunen los nueve únicos casos del personaje, muy variados, pero con una estructura similar. Cada relato tiene un inicio muy british: Carnacki convida a sus amigos a cenar en su casa, tras la cual, ya arrebujados junto a la chimenea, con una copa de brandy en la mano, la pipa en la boca y el mastin junto a la butaca, les cuenta el ultimo de sus casos; todo esto narrado por uno de los invitados, cuyo nombre es muy similar al del autor. La mayoría de las historias son casos en los que una familia, preocupada por los extraños sucesos que ocurren en sus casas, contratan al detective para que realice una detallada investigación para encontrar que extraño mal les acecha. Para ello, Carnacki recurre a las clásicas técnicas detectivescas de campo de las que hace gala el modélico detective decimononico, pero también a herramientas menos ortodoxas, como el manuscrito Saaamaaa, una especie de Necronomicon hindu, o el pentateuco eléctrico, perfecta herramienta para hacer un ritual satánico steampunk.

Las neones le dan al satanismo un toque chill-out muy trendy

Una de las características mas llamativas del protagonista es que es un cagueta, tal cual. Desentona mucho que una persona con semejante oficio, el cual lleva practicando décadas, pues aunque el libro no especifica su edad podríamos decir que ronda los 40-50 años, se sienta al primer ruido invadido por escalofríos, estremecimientos y paroxismos de horror (sic). Pero esto no se convierte en un defecto, nos ayuda a empatizar con el personaje y a sumergirnos en la atmósfera del relato. Y en esto Hodgson es un artista. Si bien no goza del mejor estilo dentro de la literatura de terror, Hodgson es capaz de sumergirnos en una atmósfera tenebrosa con muy pocos artificios, sin caer en palabras las rimbombancias de Lovecraft (giboso, ciclopeo y ominoso, su santa trinidad) pero tampoco llegando a un estilo tan desnudo y bochornoso como el de Stephen King.

Carnacki según Alan Moore. Durmiendo así no me explico nada...

En su conjunto, es una obra muy entretenida, y como obra de terror tiene sus altibajos. Hay casos que tienen su explicación lógica, otros en los que el misterioso fenómeno es obra de un ente sobrenatural, que son los que producen verdadero pavor y que son los mejores de la colección. No les diré cuales relatos tienen explicacion y cuales son horror puro, pues me parecería destrozaros lo mejor de las historias. Es una obra bastante accesible, mucho mas que La casa en el confín de la Tierra, la cual es lo mejor dentro de la escasa producción de Hodgson, perfecta para iniciarse en el terrorífico universo, precursor del horror cósmico que manejaría Lovecraft décadas después y que tantas noches en vela nos ha dado.

domingo, 22 de febrero de 2015

El hombre reloj

¿Habéis visto alguna vez la película de Mejor…Imposible, en la que Jack Nicholson interpreta a un obsesivo compulsivo maniático y cascarrabias? Si me miráis con cara de “que dice este colgao” os recomiendo que la vieseis, es una comedia muy divertida y muy tierna. La saco a colación por el personaje de Nicholson, maniático hasta lo extremo, que cierra con pestillo la puerta de su casa un número determinado de veces, come siempre en el mismo sitio, a la misma hora, atendido por la misma camarera, con cubiertos traídos de casa, y que cuando camina por la calle no pisa ni una sola línea. Reconozcamos que, sin llegar a los límites de lo Asperger, nosotros también tenemos nuestras manías tontas que repetimos de forma ritual como llamada a la buena suerte o porque, que se yo, son costumbres que empezaron como un juego infantil. No obstante hubo un hombre que llevo la rutina a tal extremo que su vida se rigió como el mecanismo de un reloj suizo, sin jamás retrasarse o adelantarse, en un rítmico movimiento psicótico que solo se detuvo una vez muerto; y, curiosamente, no hablamos de un personaje desconocido, se trata de un filosofo alemán, el creador de la ética moderna, del imperativo categórico, el amigo de los niños –redoble de tambores- Immanuel Kant.
Ya tu sabeh


Los filósofos y las personas aficionadas a la filosofía, de por sí, no suelen tener fama de personas corrientes. Soy consciente de lo ofensivo generalización bastante pero, seamos sinceros y permisivos, yo entiendo que una persona tenga inquietudes metafísicas y ontológicas, yo mismo las tengo y siento apego por ciertas filosofías, sobre todo para las mas nihilistas y pesimista, porque soy la alegría de la huerta, vaya; pero para encontrar diversión y vocación en la filosofía pura a mis ojos no debes de ser una persona normal; y viendo la clase de profesores de filosofía que han pasado por mi vida, ese "normal" no tiene connotaciones positivas. Digamos, mejor, que debe de ser, como mínimo, una persona original. Dudo que alguien luego de leer los ladrillos de Spinoza, el positivismo de Wittgenstein, el humanismo de Habbermas y mil y una disciplinas mas de autores que solo con pronunciarlo se le cae el alma a los pies al mas pintado, pueda mantener una conversación sobre las curvas de Scarlett Johannson sin sacar a la palestra a alguno de estos sabios o a sus razonamientos acerca de la Idea de Scarlett Johannson, o la metafísica del lenguaje o bla bla bla. Dicho esto, partimos de que nuestro amigo Kant no iba a ser una persona promedio, pero es que ni siquiera es un filósofo promedio, este hombre llevaba lo bizarro a niveles de lo absurdo. Ahora que por fin vamos a entrar en materia luego de un excesivamente largo prologo, debo avisar que no pienso torturar a mis pobres lectores con los sesudos conocimientos filosóficos de Kant o un aburrido contexto histórico, uno, porque yo solo intento hacer divulgación amena y divertida, y segundo, porque bastante poco publico tengo para perderlo; yo me debo a mis fans, pardiez. Pero hablemos del protagonista, hablemos de Kant.

Actualmente Konigsberg se llama Kaliningrado y pertenece a Rusia. Y hasta tiene un castillo


Immanuel Kant nació en 1724 en la pequeña localidad de Konigsberg, en la Prusia oriental, hoy territorio ruso, y nunca se movió de los alrededores de esta ciudad, donde se convirtió en profesor de filosofía y donde públicó la mayor parte de su revolucionaria obra pensante, hasta su muerte, en 1804 años, con 80 años ya a sus espaldas. Actualmente, los estudiantes de bachillerato a los que no pienso hacer los deberes lo recordaran, Kant es conocido por sus críticas a la razón pura (1781) y a la razón práctica (1788), que versan sobre la voluntad humana y la moral, la relación entre el juicio estético y la verdadera esencia de la naturaleza, respectivamente; además de sus postulados sobre la ética que aun hoy en día tienen gran vigencia, y que se basan en el uso de imperativos condicionados (lo que hacemos sujetos a un estimulo externo, como una recompensa o por miedo) e imperativos categóricos (lo que hacemos sujetos al deber, como pensamiento abstracto y noble). La filosofía kantiana marco un antes y un después en la filosofía europea, lo que fue llamado como giro copernicano, todo un testimonio de la Ilustración del siglo XVIII, en resumen,  un gran legado a la humanidad de un hombre más soso que las lapas. Y es que para idear y escribir conceptos tan abstractos uno debe evitar cualquier distracción, aunque esta sea elegir una calle diferente o coger o no un paraguas cuando llueve; el buen filósofo ha de estar siempre centrado y dedicarse por entero a la contemplación ilustrada, y Kant, desde los cuarenta años hasta su muerte cumplió esta máxima religiosamente.

Julio, tu chapa nos hace sufrir con filtros dramaticos, para

Nuestro amigo Immanuel –porque Manolo Kant no suena tan trendy- era despertado todas las mañanas por su criado, Lampe, cinco minutos antes de las cinco de la mañana; lo que las abuelas provincianas llaman “la fresca”. Tomaba un desayuno que consistía en dos tazas de café, fumaba una pipa, único vicio del día; luego leía en su salón, preparaba las clases hasta las siete y atendía a los alumnos y después de dar sus clases volvía a su despacho hasta el mediodía. Luego nuestro filósofo se vestía con sus más formales atuendos e iba a comer acompañado de un grupo selecto de amigos, nunca más de ocho ni menos de tres -no es coña, tal cual-: este era de sus pocos contactos sociales, una informal conversación con otros profesores universitarios, en las que Kant tenía fama de ser un gran conversador -aunque yo solo imagino un Sheldon-. Tras la comida, daba un paseo de forma casi castrense, solo, contando los pasos y respirando por la nariz. La caminata le llevaba a la casa de su amigo Joseph Green, donde pasaba las horas muertas hasta las siete, en que retomaba el camino a casa del mismo modo que antes. En casa, leía hasta las diez, realizaba unos ejercicios de relajación para evitar los malos sueños y se acostaba. Esta rutina, metódica, servía para que sus vecinos de Konigsberg pusieran los relojes en hora dependiendo del lugar en que se encontrara el filosofo en ese momento, y solo fue interrumpida en esos 40 años una vez. En efecto, entre 1778 a 1781, Immanuel Kant desapareció de la vida pública ¿Conoció a una mujer, un hombre? ¿Se enamoró? ¿Se fugó con una amante? ¿Se casó en secreto hasta que algo salió mal y tuvo que regresar a su hogar ?

Oh, pobres almas ignorantes...

En serio, si os habéis planteado alguna de estas hipótesis es que tenéis mucha fe puesta en este hombre. No, su desaparición tuvo un motivo mucho más profundo: se aisló en su casa para escribir su gran obra Crítica a la razón pura; literalmente, permaneció encerrado pensando durante tres años; tres años que tuvo acongojados -acojonados- a sus pocos amigos, que estuvieron a punto de echar la puerta abajo en mas de una ocasion al pensar que había perdido el juicio. Es comprensible esta tardanza, puesto que el librito en cuestión consta de 800 páginas de amena y accesible filosofía del pensamiento. Antes he sacado a colación la vida sexual de Kant, aunque debería referirme mejor como la ausencia total de vida sexual de Kant. Nunca se caso, ni se le conoció amante ni relación amorosa, permaneció soltero toda su vida, y es redundante que murió célibe: su gran y único amor era la filosofía. Así transcurrió la vida de Kant, el filosofo-reloj, sin absolutamente un suceso llamativo o una peripecia destacarle salvo su mecánico ritmo de vida, lo cual resulta hasta paradójico.
Como no iba a ser un buen partido semejante hombre...

La historia se convirtió en leyenda y la leyenda en mito, y gracias a la literatura la vida de Kant se rodeo de un aura de romanticismo hasta tal punto que hoy en día cuesta distinguir cuánto hay de verdad en esta rutinaria existencia que os he expuesto. Thomas de Quincey, escritor ingles del siglo XIX, que también merecería un artículo en mi blog, dedicó un ensayo a los últimos años del filósofo, y definió este comportamiento como el declive de una de las mentes más brillantes de la humanidad. También existe otro libro, más actual, de un filosofo francés inventado, llamado La vida sexual de Immanuel Kant, que es más un juego borginiano, metaliterario, que una obra biográfica, y del que apenas conozco algo más allá del título, pero que me supongo aborda con mayor profundidad y socarronería esta faceta del filosofo.


Este artículo se ha extendido más de lo que me hubiera gustado, pues solo pretendía ser una anécdota divertida de una figura histórica, y he terminado por convertir la anécdota en un monográfico. Si habéis llegado hasta aquí espero que os hayáis divertido y que os haya ayudado a conocer una parte de la vida del filosofo que no se enseña en los libros y que, para el ordinario mortal , es mucho más atractiva que una clase de filosofía de Bachillerato. 

Jack Nicholson aprueba esta entrada

viernes, 20 de febrero de 2015

Oscar Wilde: El retrato de Dorian Gray

Si tuviéramos que decir cual de las adaptaciones al cine de terror es la que menos justicia le hace al libro, con diferencia, tenemos que dejar a lado al Dracula de Christopher Lee y los Frankensteins de la Hammer, y centrarnos en las películas de El retrato de Dorian Gray. Y es que esta novela no es una obra de terror, para nada, ni siquiera de suspense ni inquietud, es solo un panfleto esteticista, un cuadro -!metáforas, a mi¡- de la sociedad burguesa victoriana y de la escena artística de finales del siglo XIX. Ese matiz de terror sobrenatural que le han dado a la hora de describir al cuadro en la obra simplemente no existe, el cuadro es lo que todos ya sabemos, una representación explicita y metafórica de la corrupción del alma del individuo.

Que podríamos decir de su autor que no conozca ya el gran publico: dandy, enfant terrible, esteta, novelista, y dramaturgo, Oscar Wilde se dedicaba a sacar de quicio a sus paisanos con su epigramatico sentido del humor y su estilo de vida, que terminaría por llevarlo a prisión y, tras una pulmonía, a la tumba. Como su autor, igual de conocida, o mal conocida, es su obra.

Wilde vestido de dragqueen steampunk
El joven Dorian Gray descubre al mirar su retrato que envejecer no es un buen plan siendo tan guapísimo como es el, y firma un pacto intimo entre cuadro y el, decide que sea este quien cargue con el muerto. Así comienza su espiral de autodestrucción, guiado por el cínico Lord Henry, en la que flirtea con todos y cada uno de los pecados y vicios imaginables a su alcance. Ni la edad ni los vicios le pasan factura, sigue manteniendo su lozanía y juventud, mientras que su cuadro va desfigurándose mas y mas, representando cada uno de los males que su reflejo a causado en el mundo.
La novela es un conjunto de excesos propios del movimiento esteticista. Wilde se regodea en descripciones de paisajes, salones suntuosos, flores, vestuario y meditaciones sobre la moral, pero sobre todo de la belleza, en concreto, la del prota. Estas reflexiones son pronunciadas casi siempre en boca de Basil, el pintor enamorado, y de Lord Henry, que no habla, sentencia, y sentencia con un cinismo y una clase que lo convierten en el personaje mas carismático del libro. Dorian Gray, aun tratándose del protagonista, queda eclipsado por la genialidad de Lord Henry, al que se ama o se odia, pero indiferente no deja. El famoso cuadro, que en las películas de terror esta monstruosamente deformado, en la novela se insinúa mas esta deformidad; es increíble que para lo prodigo que era Wilde a la hora de hacer descripciones se contuviera al mostrar el elemento mas llamativo de la novela; aunque confieso que es una elección muy inteligente, la imaginación del lector puede concebir un retrato mucho mas monstruoso que cualquier descripción, por minuciosa que esta fuera, hecha por el autor.

Esto, en particular, no lo vais a ver en el libro
Poco mas se puede decir de la novela que no se haya visto en las adaptaciones cinematográficas o que no sean descripciones kilométricas de mobiliario y cosas brillantes -y Dorian, mucho Dorian-. Confieso que no es una novela fácil, y mas si vas con la mentalidad de encontrar una obra fantástica o de terror sobrenatural. Pero, aun así, si te gustan los cuentos del autor, el siglo XIX mas impresionista o perdonas el estilo esteticista y recargado del autor, recomiendo encarecidamente su lectura. A mi, sinceramente, no me decepciono en ningún aspecto. Eso si, haceros un favor, no veáis ninguna de las películas, sobretodo la ultima, que roza los limites de lo vergonzoso. Y en La liga de los hombres extraordinarios... Dios.

¡Oh, Yisus! ¡Buscando fotos de la peli acabo de reconocer a Colin Firth! ¡Guapo!


jueves, 19 de febrero de 2015

Arthur C. Clarke: 2001 Una odisea en el espacio

Hoy es el día en que debo salir del armario, hacer una confesión muy intima, casi de alcohólico anónimo; así que voy a levantarme, carraspear y decir que no me gusta Stanley Kubrick.
Luego de que hayáis bajado los cuchillos y escondido las piedras sacare mi cabecita de la trinchera, si no escribiré desde aquí, como un soldado cagueta. No negare que El resplandor me encanto, y que la considero una película mayúscula, muy por encima del genero de terror actual y de la época, y que ofrecio una perspectiva diferente del horror que la del libro de Stephen King. Pero luego me he encontrado Eyes Wide Shut, la chaqueta metálica, Barry Lyndon y, bueno, las sobreviví. Podréis decir que no entiendo su cine, que no comprendo sus símbolos, su manera criptica de contar historias, su estilo personal o que directamente que soy imbécil. Y no os lo negare, no soy ni mucho menos un adalid en cuanto a inteligencia cinematográfica, pero es que lo de 2001: una odisea en el espacio no pienso ni darle el beneficio de la duda, porque directamente me da miedo. Tal es así, que he preferido leer la novela antes que ver la película.

Sin embargo, la película no es una adaptación estricta de la novela, pues las dos se concibieron al mismo tiempo como una colaboración entre Arthur C. Clarke, que no es un desconocido en mi blog, y Stanley Kubrick. La historia en ambas obras es muy similar, pero el desarrollo de la trama es muy distinto, tanto por el cambio de medio como por la personal formula del director americano. La historia es cronológicamente muy extensa, partiendo desde el origen de la humanidad en las sabanas africanas hasta llegar a las primeras etapas de la era espacial a mediados del siglo XXI. Existe un hilo conductor a lo largo de toda la trama, y es el extraño a la par que iconico monolito negro, que aparecerá siempre como un catalizador de la inteligencia humana, un regocijo onanista total para los fantoches de Alienigenas. Como decía, el monolito ayudo a nuestros antepasados a emplear armas para cazar y así aumentar sus opciones de supervivencia hasta llegar a nuestros días. Aquí acaba el primer arco argumental, compuesto en exclusiva por un relato prehistórico: Ahora es cuando entramos en la obra de ciencia ficción pura, la que todo el mundo conoce.

Metafora del autor viendo cine de Kubrick
A mediados del siglo XXI, como decía, otro monolito es descubierto en la superficie lunar, y esta mandando coordenadas hacia una luna de Saturno, Japeto, a la que paralelamente se dirige una nave de exploración comandada por dos científicos, junto a HAL9000, la computadora general de la nave, y el resto de la tripulación en animacion suspendida. El resto de la historia, creo, es de dominio publico: HAL se descontrola y asesina a todos los miembros de la tripulación hasta que Bowman, único superviviente, logra desconectarla y llegar sano y salvo a Japeto, donde comienza la parte mas delirante de la película en que casi-todos terminan mas o menos así

-Perdona, pero yo SI entendí el final de 2001 y también el soliloquio de El Arquitecto
-!Pero eso es porque tu eres especial¡ ¿Quien quiere un muffin?


Dentro de lo que es la novela propiamente dicha, toda esta parte es mucho mas comprensible, pero igual de caótica y alucinatoria; casi diría que es mas delirante que en la película gracias al estilo de Clarke, que narra con la exactitud casi-científica y maniática que le caracteriza sensaciones, destellos y resplandores que solo una mente desestructurada por sustancias psicotropicas podría contemplar. Y es que el autor pone mucho énfasis en que el lector comprenda a la perfección como funciona ese mundo futuro, siendo prodigo en descripciones que, a menudo, mas que aclarar terminan a veces por confundir por completo al lector. Aun así, estos esporádicos momentos de confusión no desmerecen para nada el estilo cuidado y detallista de Clarke ni el conjunto de la novela, que aun siendo una rallada como la copa de un pino, es una obra fantástica.

¡No drogas, no! Bueno un poco si...

Grandes tropos de la ciencia-ficción nacieron en esta novela: el descubrimiento de maquinaria alienigena que potencia los conocimientos humanos, la exploración espacial alejada por completo de la Space-opera, y la inteligencia artificial como un enemigo a vencer. Es fantástica, corta y entretenida, inteligente, aterradora y alucinatoria, una macedonia de sensaciones con el ignoto universo como telón de fondo; recomendable con todas mis fuerzas. Muy probablemente lea las secuelas y comparta con vosotros mis impresiones, aunque dudo que estén a la par de su primera entrega.

Os veeeeeeeeooo...


Otros libros del autor reseñados: Canticos de la lejana Tierra

miércoles, 18 de febrero de 2015

Jostein Garder: El mundo de Sofía


En el ultimo año de bachillerato, nuestra profesora comprendió que dar durante un trimestre únicamente a Platon no era un programa educativo muy acertado, así que nos obligo a leer este libro para que así "tuviéramos una perspectiva de la historia de la filosofía mas global" (sic). Puedo asegurar que si hubiera querido esto en primer lugar no nos hubiera obligado a abordar el libro en francés. Fue una estratagema bastante floja para encubrir su vagancia y su incapacidad para ceñirse a un programa educacional de CUATRO AUTORES, amen de su mediocridad como docente. Os doy la chapa como algo de contexto, para haceros ver como de predispuesto estaba a abordar el libro en cuestión. Porque hoy os traigo bilis, bilis correosa recién sacada de mis entrañas y dispuesta a emponzoñar todo lo que toque; y se que no voy a ser del todo objetivo, hare lo que pueda, pero desde ya os aviso que va a doler y que no me pienso contener. Así pues, amantes de este libro, les convido que se tapen las orejas, cierren los ojos y griten lolololo con todas sus fuerzas.

He de decir, a favor del autor de este libro y del libro en cuestión, pues no todo puede ser odio ciego y general, que logra realizar un acercamiento accesible y didáctico a los grandes autores de la filosofía, algunos de ellos nada fáciles de abordar sin entrar en sesudos conceptos o sumir en un profundo sopor y frustración al lector promedio, digase Spinoza, digase Kierkegaard. Pero aquí acaban todas las virtudes de libro, en su misión divulgativa; todo lo demás, la trama, los personajes, el desarrollo, la parte narrativa -a fin de cuentas, esto se vendió como novela- es un esperpento en el peor sentido de la palabra. Hablemos de la historia.

No lo se Jostein ¡Por favor, ILUMINAME!


Sofia es una chiquilla noruega de 14 años que recibe una carta de un misterioso hombre que le ofrece un curso de filosofía a distancia (las implicaciones de este gesto actualmente pondría los pelos de puntas a mas de un padre). Conforme avanza la trama, vemos que el mundo en el que viven los personajes no es tal, si no una especie de invención de un ente superior, y la prueba de ello es la infinidad de personajes literarios que deambulan por las paginas, comunicándose con nuestros protagonistas, hasta terminar a veces rompiendo la cuarta pared. Bien, hasta aquí, la trama podría ser interesante: una novela ontologicamente platónica, similar a Matrix o La invención de Morel, con lecciones de todas las filosofías de la historia del pensamiento humano. Dejadme que os diga algo... fracasa, y fracasa estrepitosamente.

Venid, niños, tengo tomos de Descartes y Kant nuevecitos...

Toda la novela ha sido escrita por un robot sin corazón, ha nacido muerta; el estilo es insultantemente sencillo, de diario de adolescente hormonada,  hasta llegar al punto que mas que una obra de ficción estamos ante un ensayo en que aparecen una niña y un rarito. No existe ningún tipo de implicación emocional entre los personajes, sus diálogos son tan burdos y artificiales que podría decirlos el cleverbot. La figura del filosofo misterioso, que debería de ser la mas interesante, es irritante, haciendo gala de una forzada excentricidad que mas que una sonrisa nos obliga a darnos con la mano abierta en la cara, hasta hundirnos el cráneo. La interacción de los personajes con otros (que decir que hay mas de dos personajes es ya darle un credito a la obra de la ostia, vaya) es casi inexistente y, desde luego, de todo menos humana, pero esto se vera sobretodo en las ultimas partes de la obra, donde a Jostein, directamente, se le va la olla.
He dicho antes que a lo largo de la novela, sobretodo en el ultimo tramo, desfilan personajes literarios. ¿Por que? sinceramente, lo ignoro, solo puedo decir que están igual de muertos que los personajes principales y no aportan a la historia nada, salvo la anécdota sonrojante de decirte a ti mismo: ¿Por que cojones sale Winnie the Pooh en este despropósito? ¿Por que Caperucita roja acaba de decir eso? ¿Las paginas están hechas de cannabis y ando colocado? Mentira, si podría decir que aporta algo a la trama, para reflejar que el mundo nivolesco en que viven y que son obra de un ente superior; pero no podéis haceros una idea de lo mal que se maneja un recurso que podría hacer parecer a la novela inteligente, en manos de Jostein, los personajes literarios son comparsas alucinatorias, un delirio de las drogas y el alcohol que el autor se provoco para poder meter algo de emoción a una historia de la filosofía. Pero es al final cuando la novela empieza a romper con la realidad y crea ese juego con el lector. No voy a decir nada sobre ello por los spoilers, solo diré que es completa y absolutamente imbécil.

Winnie ¿Por que...? Tu antes molabas...

Sinceramente, si queréis un acercamiento sencillo a la filosofía, prescindid de la absurda trama, ahorrárosla, centraros en los capítulos en cuestión que, como dije antes, son fáciles de leer y muy amenos. Casi podría deciros que se aprende filosofía con la novela, aunque luego la historia actué como una lobotomia a martillazos. Me voy a tomar un Almax, que me va a salir una ulcera...

Que cachondo el Renato, tiene mas humor aqui que toda la novela


lunes, 16 de febrero de 2015

Jules Verne: Viaje al centro de la Tierra


He aquí otra obra del celeberrimo escritor de aventuras y proto-ciencia ficcion, y tocayo mio, Julio Verne. Esta novela en particular toca fibras muy sensibles dentro de mi. La leí muy pequeño, en una época en la que era un chaval obsesionado con dinosaurios y otras criaturas prehistóricas, fase de la que aun no me he desprendido pero he sabido mantener en una decorosa mesura. Pueden imaginar el impacto que causo en mi esta lectura, que cada año releo con los mismos ojos infantiles y viviendo cada capitulo con el mismo entusiasmo de la primera vez, e incluso con mas, por el valor nostálgico añadido. Esta obra, junto con el Mundo perdido de Arthur Conan Doyle, fueron las que marcaron mi amor por la lectura en mi corazón con un hierro al rojo vivo. Pero dejemos de recrearnos en mis moñadas, centrémonos en el Julio protagonista.

La historia que encierra esta novela es archiconocida por todos, ya sea por películas buenas, películas infames (boca trapecio, si, me refiero a ti), y multitud de guiños que ya han pasado a la cultura popular. Tras descifrar un antiguo manuscrito islandes, el profesor alemán Otto Lidenbrook emprendera un viaje junto a su sobrino, Axel, y un guía local, Hans, a las profundidades de la Tierra, donde el mundo ha evolucionado aislada del tiempo como el ultimo reducto de la fauna y flora antediluviana.


El argumento, como podéis apreciar, es el cenit de la imaginación humana, sobretodo para la época, que le perdona todas las exageraciones de la premisa. O nuestro amigo Julio tenia una creatividad casi infinita, o tenia acceso a tripis de todos los colores del arco iris. El centro de la Tierra es un terrario con la fauna mas impresionante que se podía concebir con los conocimientos paleontologicos de la época. Por el desfilan Mamuts, reptiles marinos gigantes, dinosaurios(o lo que en esa época se pensaba que era un dinosaurio), e incluso criaturas mas cercanas a nosotros que nadie esperaría encontrar.

La inspiración de Verne

La aventura esta muy a la par de la premisa. Todo se desarrolla trepidantemente, raudo, desde el descubrimiento y resolución del manuscrito, que recuerda mucho al enigma codificado del relato de Poe, el Escarabajo de oro; hasta al angustioso descenso por el Snæfellsjökull (dilo borracho tres veces y despiertas al hermano satánico de Beetlechus); el descubrimiento de las primeras criaturas y los enfrentamientos con estas, y la gran evasión para salir del gigantesco mundo primitivo. Hay ciertas pausas, que forman parte del personal estilo de Verne, en las que nos arroja datos científicos sobre lo que nuestros héroes ven o van a ver, o esperan ver; pero, ha diferencia de muchos otros libros donde estas pausas rompen la acción y el ritmo, aquí se hacen muy interesantes, casi podría decirse que amenas si no fueran porque cortan realmente todo el ritmo narrativo.

Son muy simpáticas las ilustraciones decimononicas de monstruos prehistóricos, actualmente son hasta monos

Los personajes, al contrario que en otras novelas, no son cascarones genéricos que maneja Verne a su antojo para arrojarnos indigestos datos didácticos o descripciones de maquinaria steampunk, aquí, están definidos y ademas resultan verdaderamente simpáticos. Otto Lidenbrook es un vejete excéntrico, ambicioso y gruñón similar al profesor Challenger, pero algo mas relajado que el Neanderthal de Doyle. Este se ha propuesto alcanzar su meta, y bendito del pobre bicho que se interponga en su camino. Axel, el sobrino, viene a ser un avatar de nosotros como lectores, un joven que se adentra junto a su tío, con el que no se lleva particularmente bien, para terminar conociéndose mejor y estrechando los lazos que su carácter irascible ha impedido formar desde hace años. Finalmente, tenemos a Hans, un vikingo en toda regla que consigue salvar a nuestros héroes de mas de un peligro sin necesidad de decir "esta Mjolnir es mio".

Las ilustraciones de los textos vernianos no tienen desperdicio

A veces me sorprende lo buena que esta novela, cada elemento que contiene, su trama, su desarrollo, sus personajes, su estilo, son buenos por separado, pero en conjunto, son perfectos. y esta novela, para mi, refleja una perfección lo que Julio Verne fue incapaz de conseguir en toda su extensa producción. Eso si, dicho esto sin desmerecer otras aventuras maravillosas como La vuelta al mundo en ochenta días o Miguel Strogoff.

Esto es un cáncer. Verne se revuelve en su tumba
Espero que sufras lo indecible en la Battle Royale de Disney... ¡Cara trapecio!

domingo, 15 de febrero de 2015

Amin Maalouf: El primer siglo después de Beatrice

Si sabéis el nombre del cuadro decirlo
Amin Maalouf se ha convertido en uno de mis escritores de referencia desde mi mas tierna adolescencia. La primera vez que lo descubrí, de la forma mas fortuita posible, su nombre estampado en un separapaginas con mas de 20 años, no sabia que esperar: un autor con ese nombre tan curioso, nacido en el Líbano, y esa estética tan exótica. Era cuanto menos pintoresco. Así que me arriesgue, y decidí entrar en su mundo. Y nunca me ha decepcionado, jamas.

Como he dicho antes, Amin Maalouf es libanes, exiliado en Francia, y gran conocedor del mundo musulmán (Aun siendo el cristiano) y de la cada vez mas marcada brecha occidente-oriente. La gran mayoría de sus novelas versan sobre este choque cultural, el comienzo del mismo 900 años atrás (Las cruzadas vistas por los árabes, que ya reseñare), hasta las consecuencias hoy en día. Pero esta novela en concreto, si bien reflexiona, siempre de forma critica, acerca de la anquilosada sociedad de los países árabes, tiene detalles que la convierten en una obra única dentro de su producción. Para empezar, esta novela es un apocalipsis.

Bueno, eso ha quedado muy rotundo, digamos mejor, un comienzo de apocalipsis. En el futuro, el descubrimiento y la posterior comercialización de un afrodisíaco que promete el nacimiento seguro de un hijo varón provoca un desbarajuste en la población africana y asiática. Lo que empezó en estos lugares pobres de mentalidad retrograda y misógina terminara rápidamente salpicando al primer mundo rico, que tendrá que solucionar este problema tratando cuando ya es demasiado tarde y, como siempre, de no alterar el status quo imperante. Toda esta situación de crisis es narrada por el protagonista para que su hija, Beatrice, sepa que ocurrió el siglo anterior de su era.

El bueno de Amin, posando contemplativamente

Amin Maalouf construye esta fabula para exponer, reflexionar y criticar una situación que a veces ignoramos, por conformismo o por hastió. Conformismo porque pensamos, como ocurre en la novela, que es un problema local, que no nos tocara, y hastió a causa del feminismo extremista que convierte en frívolo con su radicalismo un tema candente y serio. El machismo, muy ligado a la religión y/o a un tradicionalismo rancio, es expuesto como un detonante de una de las múltiples formas de acabar con la humanidad. Y Maalouf lo sabe, y es por ello que no lo critica de forma visceral, maniquea, si no que lo expone con inteligencia, siempre reflexivo, tratando de inculcar al lector una mentalidad comprensiva pero no por ello menos critica. Todo tiene un tono gris, y Maalouf siempre se muestra conciliador entre los dos bandos, ricos y pobres, occidente y oriente, mostrándonos los tonos grises y cuan culpables somos nosotros también de situaciones similares. Así mismo, en esta novela Maalouf realiza una maniobra arriesgada, nos ofrece soluciones, y sobretodo soluciones que debemos que tomar nosotros, como países ricos.
El estilo de Maalouf no es ensayistico, como sugiere el tema y el desarrollo de la trama. Se inclina mas por un tenue lirismo en las reflexiones, con un toque muy humano para describir las relaciones entre los pocos personajes y las distintas culturas. Su lectura no se hace pesada en ningún momento, deslizándonos sin complicación a través de paginas y paginas en las que el horror a un cercano conflicto global da paso a un moderado "triunfo" de la tolerancia, a una esperanza de cambio y evolución, seria mas apropiado decir. Es un libro altamente recomendable, al igual que el resto de la producción del libanes, que ya ire reseñando en los próximos días.

Aviso, las opiniones expresadas por Yisus no son compartidas por el autor de la reseña.
Mi blog esta bajo la influencia de un virus cristiano



Castigo divino, definición gráfica

sábado, 14 de febrero de 2015

Frustrado especial San Valentin - Jose Luis Sampedro: La Sonrisa Etrusca

Portada siniestra
Al ser hoy una fecha tan especial para millones de enamorados capitalistas y viendo que en tan pastelosa fecha las ventas de insulina se iban a hacer escandalosas, quería traer una reseña a una película o novela de amor, bueno, de lo que es para mi el amor. Pero he descubierto que solo me he leído La dama de las camelias, y apenas me acuerdo de nada, así que tenia pensado criticar Cyrano de Bergerac, pero esa película merece un análisis mucho mas especial. Me he visto obligado, pues, a reseñar La sonrisa etrusca, que en si no es una novela romántica de manual, pero el amor esta muy presente.

La sonrisa etrusca ejemplifica la delgada linea que existe entre la sonrojante telenovela lacrimogena y el verdadero drama emocional. Partamos de la sinopsis: Salvatore, un anciano calabres, ex-partisano, cascarrabias y tozudo se traslada a Milan junto a su hijo, su cuñada, y su pequeño nieto para recibir una cura contra el cáncer que le acaban de diagnosticar. Bajo esta precaria condición, Salvatore profesara un verdadero amor a su nieto, y le transmitirá a este todas sus fuerzas para vivir; pero no solo se dedicara a su nieto, también el amor le dará una segunda oportunidad en sus últimos días, demostrandonos que nunca es tarde para nadie. Juzgad por vosotros mismos y decidme ¿Cuantas probabilidades habían de que esto saliera mal? ¿Como no iba a ser este un folletín dispuesto a masturbar los lacrimales de las formas cursis posibles? Porque, seamos francos, es muy fácil dejarse llevar por lo tópico y lo rosa con una trama así; pero tuvimos suerte, una suerte que casi no parece de este mundo.

Esta pose la voy a bautizar ya como "la pose del escritor"
Esta historia la escribió el bueno de Jose Luis Sampedro, un hombre que amaba tanto la vida como su protagonista, de forma humilde y genuina, cuando contaba ya 67 otoños. Y se nota en la madurez con que desarrolla su historia y a los personajes que por ella desfilan. Salvatore, como hombre de campo curtido en la guerra, es terco, desconfiado de los urbanitas y su sociedad amilanada, y que no se deja mangonear en ningún momento por nadie ni por nada. Su vida en la metrópolis es un constante conflicto: con su cuñada, con la limpiadora de la casa, con un pobre jardinero municipal, con los inocentes universitarios. Pero esto no lo convierte en ningún momento en un personaje desagradable, todo lo contrario: es con el primero con el que llegamos a empatizar, y todo esto gracias al pequeño Brunetino. El amor que profesa el anciano por el pequeño emociona desde el vamos, pues su relación se basa en anécdotas, en recuerdos y lecciones de vida, nunca nos restriega el amor que siente con almibaradas palabras, eso jamas, Salvatore sigue siendo Salvatore, un broncas, y esto hace que resulte genuino, autentico, y que emocione de verdad con cada acción y cada enseñanza.

Toda la novela se basa en deconstruir al vivaz Salvatore, partiendo del tropo del abuelo broncas y cascarrabias para mostrarnos a un ser humano, tan duro o tan blando como el que mas; y todos los personajes nos ayudan a conocer a nuestro protagonista: Bruno nos mostrara la parte mas tierna, Hortensia, como su pasado guerrillero influyo en el, y Renato, en el amor por la familia. Bien es cierto que la novela a veces si cae en lo cliché, y mas al final, donde se empieza a hacer apresurado y el personaje de Salvatore, bien construido entonces, empieza a hacerse pesado por lo obsesivo de sus reflexiones -pero es de escusar, es el final de la novela, no quiero decir mas-. Sin embargo, no es solo una deconstruccion, la novela también nos lanza un mensaje usando a Salvatore: y es la voluntad de vivir, pero de vivir siempre plenamente.

La estatua en que se basa el titulo. Malekith y señora

Pienso que, releeida ahora esta reseña, yo si he sonado mucho mas cursi que Sampedro durante toda la obra. Pero yo debo de haceros una confesión. Esta historia me recuerda a Up, la película de Pixar, por un detalle: el amor es tan verdadero y puro que soy incapaz de hablar de ellas sin emocionarme hasta las lagrimas. Y es verdad, yo con esta novela llore dos veces, y ha sido de las pocas que me ha dolido terminarlas. Y voy a parar ya, necesito recuperar algo de testosterona...

viernes, 13 de febrero de 2015

Stanislaw Lem: Retorno de las Estrellas


La ciencia ficción no ha sido uno de mis géneros predilectos hasta hace muy poco, recalquemos mejor, jamas me había gustado la ciencia ficción -aunque cualquiera que lea el blog puede llamarme embustero...-. Puedo ser de las pocas personas que reniega tímidamente de la saga de George Lucas por miedo a infinidad de ladridos y agresiones fisicas. Este desdén hacia el genero se debe, en parte, a mis prejuicios, y en otra a los múltiples clichés del mismo: alienigenas, viajes interestelares, batallas en el espacio, imperios galácticos, robots, universos y tecnologías enrevesadas... Ninguno de estos elementos fue nunca de mi agrado, y por eso mismo decidí que si me adentraba en el genero seria con un autor que me aportara algo mas que navecitas, laseres y planetoides: y por eso elegí a Stanislaw Lem, un autor mucho mas discreto -error-, con menos excesos -doble error- y con mayor trasfondo (Descuidad, ahora que he profundizado en el genero he de morderme la lengua hasta cercenarmela).

Stanislaw Lem fue un autor polaco y el gran representante de la ciencia-ficción en el bloque soviético. Sus obras están impregnadas de gran contenido filosófico y reflexivo, y muchas veces sus tramas futuristas son solo escenarios exóticos para plantear problemáticas del siglo XX, como la integración del individuo en la sociedad o los problemas de la comunicación con especies foraneas a nuestro planeta; todo esto muy influenciado por el tenso clima de la Guerra Fria. De hecho, Lem actualmente es conocido por la adaptación de Tarkovski de su obra, Solaris, que fue "calificada" en su tiempo como la respuesta soviética a la obra de Kubrik-Clarke 2001 odisea en el espacio, cuando la tematica poco a nada se asemejan. Fue esta faceta la que me atrajo tanto de el, y decidí probar con esta novela, y... Pasemos a la historia.
Todo comienza con el regreso de una expedición interplanetaria tras diez años de peregrinaje, del que toma tan poético titulo. Aplicando la relatividad temporal, estos 10 años dentro de la nave han sido en realidad 127 años en la Tierra, por lo que estos astronautas, ahora reliquias de otro tiempo en este nuevo mundo, deberán hacer frente a una sociedad en la que no encajan. Si analizamos la premisa, como tal, es brillante, con infinidad de posibilidades. Lem lo sabe, es inteligente y se viene arriba.

El autor junto a su robot

El tema de la novela se nos presenta muy pronto: la integración del hombre a la sociedad, o mejor dicho, la imposibilidad de esta integración. Al contrario que en otras películas, donde podemos ver que el viajero que llega al futuro tiene un periodo de adaptación al novedoso nuevo mundo -casi siempre a modo de remedo cómico- que dura poco mas de unas escenas; en esta obra, nuestro protagonista esta confuso desde el principio hasta el final, las ciudades son diferentes, los objetos de la vida cotidiana irreconocibles, el idioma distinto, la comunicación difícil, y todo esto se transmite al lector quizá demasiado bien. Y es que conforme uno lee la novela se siente tan, o mas confuso que el protagonista, haciéndonos perder constantemente el hilo de lo que se esta contándonos e imposibilitandonos a formar una escena en la cabeza, y si lo logramos muy rara vez se asemeja a lo que el autor esta narrando. Este triunfo del estilo de Lem es brillante, si, pero al mismo tiempo frustrante, y nos acompañara durante toda la novela pues, como he dicho anteriormente, el protagonista jamas se adaptara por completo a la sociedad del futuro. y hablando de la sociedad, esta también es muy distinta. Lem flirtea ligeramente con la utopía ofreciéndonos una sociedad que ha abandonado el primario impulso a la violencia, mostrándonos unos seres humanos mas hedonistas y libres de conflictos. Pueden imaginar que nuestro confundido astronauta desentona bastante en esta nueva sociedad.

Si, Fry. Date por jodido con Lem

Para crear este estilo confuso Lem nos describe con minucioso detalle cada cosa que ve nuestro protagonista desde sus ojos; es un estilo sencillo, conciso, sin excesivas florituras, pero que engloba a la perfección. El tema esta bien tratado y deja un agridulce sabor de boca por nuestro desdichado protagonista. Sin embargo, el libro nunca resulta ameno ni fácil de leer, si no le tenéis paciencia muy seguramente no lo terminéis; en mi caso, tuve demasiado estomago, pero podría llegar a decir que la historia me gustó, lo suficiente para quedarme con mas ganas de Stanislaw Lem, y no descarto volver a intentarlo con Solaris.

Ejemplo de viajero del tiempo que logra adaptarse a la sociedad. Inquietante, Carmen


jueves, 12 de febrero de 2015

Anatole France: La Isla de los Pingüinos

Míralos que monos, bailando
Cuando alguien se dispone a abordar a algún ganador del premio Nobel espera encontrar un autor de obras complicadas, de sesudos conceptos y mucha simbologia, historias del día a día que dan mas importancia a la psicología de los personajes que a la acción, a veces, incluso, ignorando lo que se llamaría una trama convencional. Esto, esta claro, es una generalización muy atrevida, existen multitud de excepciones en estos 115 años de galardones literarios: pero partamos de mi premisa, porfi. Imaginemos por un momento que todos los autores de Nobel son un Hermann Hesse o un William Faulkner; si es así, Anatole France es una rara avis en toda regla. Sin nunca abandonar la complejidad narrativa, ni la simbologia, ni sus profundos sentimientos socialistas, el francés nos ofrece siempre tramas muy pintorescas y para nada convencionales, casi cercanas al genero fantástico, para abordar los complicados conceptos que se le exigen a un Nobel; y llamándose este libro La isla de los pinguinos, os podéis imaginar por donde nos puede salir el autor. Voy a hacer aquí otro pequeño inciso. Si habéis leído la presentación podéis ver que me encantan los pinguinos, mas que el respirar. Por eso voy a deciros que estoy francamente decepcionada por la novela.

Una vez un amigo de mis padres, natural de Francia, me describió a Anatole France como el mejor narrador  en francés, por su concisión y sencillez del lenguaje sin abandonar nunca el cuidado y el esmero del mas avezado narrador. Esta afirmación nunca la he probado, no tengo tanto nivel de la lengua gala; pero podríamos decir que esta novela ejemplifica muy bien esto, pues con muy poco es capaz de contarnos toda la historia de la humanidad -y la de Francia, en particular- en muy pocas paginas. Y es que este libro es básicamente eso... pero con pinguinos. Partiendo del relato de un santo perdido en tierras polares -ignoremos la errónea localización- que decidió, siguiendo su labor religiosa, bautizar a todo pájaro viviente del iceberg, cada etapa de la convulsa historia de la humanidad se muestra ante nuestros: desde el medievo, hasta la modernidad, pasando por la Ilustración y las crisis religiosas, incluso mostrándonos algo de lo que sera nuestro futuro si seguimos con esta forma de vida. Toda la obra se construye a traves de anecdotas que reflejan una determinada época histórica, tomando unos personajes para cada una de ella, pero sin llegar a profundizar en ninguno de ellos.
Los pinguinos son el vivo retrato del ser humano, con defectos y virtudes idénticas, con afán por el progreso e irracional instinto de autodestrucción; todos los errores que hemos cometido a lo largo de nuestro paso por el planeta son cometidos por las aves. Los conflictos religiosos, las revoluciones, la democracia, el despotismo, las guerras, todo es narrado por Anatole France con un humor sarcástico, casi cínico, y siempre teniendo como ejemplo -malo- a Francia, echándole en cara todos los errores que ha cometido. Se nota mucho las ideas socialistas del autor, muchas veces apocadas por el desencanto y el escepticismo.


Cuantas mujeres habrán caído bajo el atractante de semejante mostacho
Toda esta critica satírica a la Francia republicana de principios de siglo XX, muy a modo de los viajes de Gulliver, se hace muy simpática, pero también muy cansina. Mas que una novela, se trata de un tratado histórico de una nación pinguina, y esto la convierte en algo muy impersonal, al menos para mi, pues nunca pude interesarme por ningún personaje, y muy pronto deje de interesarme por la historia misma. Pero es un libro simpático, seamos claros... ¡Los protagonistas son pinguinos! ¡Joder! ¡Cuantas novelas pueden presumir de eso!
¡A bautizarse! ¡Vamos!

miércoles, 11 de febrero de 2015

Umberto Eco: El Nombre de la Rosa

Hablar de El nombre de la rosa es hablar sobre libros: la fascinación por sus conocimientos, el poder que encierran sus paginas y el terror que provocan en algunos sus palabras. El nombre de la rosa es, ademas, el retrato de una época oscura de la historia humana, en la cual el acceso a estos, nuestros apergaminados amigos, estaban recluidos en oscuras bibliotecas monacales al acceso únicamente de unos pocos elegidos. Hay mucha metaliteratura en esta historia, desde el juego de narradores y manuscritos encontrados hasta el desfile de obras que se suceden a lo largo de toda la novela; y su autor, Umberto Eco, experto narrador y semiotico, sabe dar una profundidad y unos niveles de lectura que hacen que esta obra cambie su naturaleza  con cada lector.

El nombre de la rosa nos cuenta la historia de un manuscrito transcrito de otro firmado por un monje franciscano -¡Olé!-, Adso de Melk, que nos narra los misteriosos sucesos que ocurrieron en una abadía perdida en las montañas italianas junto a su mentor Sean Connery, perdón, Guillermo de Baskerville. Acompañado por su maestro, un inteligente monje apasionado por la lógica y la deducción, se dedicaran a resolver unos intrincados asesinatos que están sacudiendo a la abadía en el peor momento posible, justo cuando es sede de un acalorado debate entre franciscanos y dominicos que decidirá el devenir de la iglesia católica en los próximos siglos.

Cartel de la película, con Sean Connery, su barba, sus profundos ojos oscuros... ¡NO SOY GAAAY!

Nos encontramos, en primera instancia, ante una novela detectivesca, casi podría decirse que, cronológicamente hablando en ámbitos intrahistoricos, del primer detective de la literatura. Podemos apreciarlo por el holmesiano apellido del monje franciscano. También es una novela histórica, pues retrata un episodio de la Edad Media teologicamente convulso, y lo hace con una exactitud y precisión casi académica. Así, tenemos ya dos lecturas, una novela de aventuras, con un misterio atrayente y fácil de seguir, y una historia mas profunda repleta de simbologia y citas latinas. Sea cual sea la lectura que realicemos, el resultado siempre sera satisfactorio, tanto para el lector ávido de entretenimiento como para el mas exigente -ambas posiciones respecto a la lecturas son igual de correctas-.
La novela tiene mas de 700 paginas, lo que permite correcto desarrollo de los personajes, sobretodo de Adso, en plena y boyante adolescencia, con todo lo que ello conlleva para un joven mojen. Guillermo nos fascina desde la primera deducción, y sin llegar al nivel de excentricidad del detective de Baker Street, si que es igual de carismático. Los otros monjes de la abadía, los copistas, el abad, los inquisidores... todos tienen una presencia palpable en la historia, mucho mas profunda que la de potenciales victimas de un despiadado asesino.

El libro me lo ventile en una tarde y mas o menos en este estado


La narración se toma su tiempo y avanza con calma pero resuelta, describiendo con gran precisión el escenario en que se desarrolla la acción, deteniéndose puntualmente para ensalzar la belleza de la arquitectura medieval, o llamándonos la atención de un detalle pintoresco de la vida del medioevo. Nos ofrece, con igual precisión, la labor de los monjes copistas, la inestable situación de Europa y porque los cimientos de la Santa Sede están tambaleándose. Me hago cargo de que estas partes podrían resultar mas aburridas observando en conjunto la extensión de la novela, pero se compensan por el misterio a resolver, tan atractivo que obligara al lector a continuar con la lectura y soportar con estoicismo un poco de arte románico.
Al principio de la reseña he dicho que hablar de El nombre de la rosa es hablar de libros, pero debería matizar: hablar de El nombre de la rosa es hablar del amor por los libros. Y esto es algo que Umberto Eco muestra  en cada párrafo, una profunda pasión por el arte de narrar, por el conocimiento, y por el libro como objeto. La escena final, es la mayor prueba de esta amor, pues el lector siente tristeza por lo que esta leyendo, genuina tristeza, y esta sensación muy pocos libros han logrado plasmarla; quizá Fahrenheit 451, aunque esta distopia produce mas terror que tristeza por el mismo motivo.
Como conclusión me gustaría, aunque creo que por mi vehemencia no es necesario, recalcar que la novela de Umberto Eco es una de mis favoritas, y que soy capaz de disfrutarla tanto como novela como por la adaptación cinematográfica de Jean-Jacques Annaud del 86. Ambas son igualmente recomendables y podeis disfrutarla sin miedo de las dos formas, y os recomiendo encarecidamente que lo hagais... que coño, os lo ordeno: ¡leed esta maravilla! ¡U os robo el perro!

A Romualdo no le gusto el libro. Me vi en la necesidad de discrepar...

lunes, 9 de febrero de 2015

Vangelis - L'Apocalypse des Animaux


Apocalypse Des Animaux - Générique (1:25)
 La Petite Fille De La Mer (5:53)
 Le Singe Bleu (7:30)
 La Mort Du Loup (3:00)
 L'Ours Musicien (1:00)
Création Du Monde (9:51)
 La Mer Recommencée (5:55)

Lo que voy a decir es una opinión muy personal, y tengo hasta miedo de soltarla asi, a bocajarro y sin amor. Pero allá va: Vangelis me parece el músico más grande del siglo XX, y el compositor más grande vivo en la actualidad.  Ala, ya lo he dicho.Y si, se perfectamente que hay muchísimos otros músicos de renombre de géneros muy distintos que son más famosos y han calado tanto en la cultura popular que ya son leyendas comparables Mozart o Bach -si no me crucifican por lo primero, por esto seguro que si-, al igual que también se que durante el siglo XX y XXI ha habido numerosos compositores de música clásica que se que los más puristas dirán que no solo superan, si no que violan inmisericordemente al barbudo griego. Pero este es mi blog, son mis gustos, y Vangelis para mi es un genio, y aunque sé que en el futuro solo se le recordara por sus increíbles bandas sonoras, las cuales la mayoría de las veces son mejores incluso que la peli –ejem, 1492, ejem, ejem-, ante los teclados y sintetizadores, este hombre sera una leyenda.

Cuando era joven, este hombre no tenia ni la mitad de barbas que ahora
Luego de mi soflama, permitidme que entre en materia y una sucinta aclaración: la obra de Vangelis es prolífica por no decir inabarcable, y por desgracia no soy ningún experto ni en música ni en el compositor heleno, así que espero no decir muchas barbaridades o dejar puntos aislados o confusos.
Tras una breve carrera junto a Demis Roussos en el grupo Aphrodite’s Child a finales de los sesenta y un intento de carrera en solitario con el álbum Earth, que paso sin pena ni gloria –y que además ni siquiera he escuchado-, Vangelis quiso buscar el éxito comercial internacional, y para ello comenzó su larguísima colaboración como compositor de bandas sonoras. Y así nació  L’Apocalypse des Animaux (1973), como la banda sonora de un documental de la vida salvaje del realizador francés Frederic Rossif, con el que también haría La Fete Sauvage (1976) y Opera Sauvage (1979). Con este disco Vangelis consiguió su ansiado triunfo internacional en solitario, y el reinado musical que se mantendrá por más de 40 años.
Contraportada del disco. El estilo nebuloso de las imágenes se aprecia en la música 

Con una duración de 35 minutos en vinilo y cassette, interpretado principalmente por piano y guitarras, a las que se unen melódicas atmósferas de sintetizador, todo ello tan difuminado como la portada del disco. La obra comienza con una obertura muy exótica, rocambolesca, que contrasta enormemente con la pieza más famosa del álbum, La petite fille de la mer, un tema increíblemente melancólico y emocional, con un piano sobrecogedor que diriase de cristal  unido a unos nebulosos sintetizadores que evocan el océano borrascoso en plena noche. Le singe blue es también una tonada triste, con una trompeta protagonista que unida a los delicados pulsos de sintetizador crean una pieza casi jazzística, muy introspectiva. La mort de loup da un mayor protagonismo al sintetizador y la guitarra, creando una pieza con más matices, pero igual de melancólica que las dos anteriores. L’Ours Musicien es una composición más llamativa, tan intensa como breve, y rápidamente da paso a la que podría ser la pieza más cósmica de todo el álbum, que anunciaría cual sería el devenir del músico griego en los próximos años. Creation du monde sugiere con sus nebulosos sintetizadores unos parajes oníricos y sugestivos, una representación musical de lo que serían los océanos prehistóricos desnudos de vida, de azul infinito.  El tema final, La Mer Recommencee, podría ser un eco de la anterior tonada, igual de onírica, pero con mucha menos fuerza.

La petite fille de la mer


L’Apocalypse des Animaux es un álbum muy agradable de escuchar y accesible para aquel que quiera adentrarse por primera vez en la música del barbudo heleno. Dentro de su prolífica producción, este álbum es una obra llamativa, mucho más melódica y menos cósmica o “futurista” que sus obras más destacadas, casi podría decirse que es música ambiental, como la que popularizo Brian Eno en la misma epoca; y es esta cualidad la que, a mi parecer, la convierten en un disco esencial para no iniciados. 

La creation du monde
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