Páginas

viernes, 13 de febrero de 2015

Stanislaw Lem: Retorno de las Estrellas


La ciencia ficción no ha sido uno de mis géneros predilectos hasta hace muy poco, recalquemos mejor, jamas me había gustado la ciencia ficción -aunque cualquiera que lea el blog puede llamarme embustero...-. Puedo ser de las pocas personas que reniega tímidamente de la saga de George Lucas por miedo a infinidad de ladridos y agresiones fisicas. Este desdén hacia el genero se debe, en parte, a mis prejuicios, y en otra a los múltiples clichés del mismo: alienigenas, viajes interestelares, batallas en el espacio, imperios galácticos, robots, universos y tecnologías enrevesadas... Ninguno de estos elementos fue nunca de mi agrado, y por eso mismo decidí que si me adentraba en el genero seria con un autor que me aportara algo mas que navecitas, laseres y planetoides: y por eso elegí a Stanislaw Lem, un autor mucho mas discreto -error-, con menos excesos -doble error- y con mayor trasfondo (Descuidad, ahora que he profundizado en el genero he de morderme la lengua hasta cercenarmela).

Stanislaw Lem fue un autor polaco y el gran representante de la ciencia-ficción en el bloque soviético. Sus obras están impregnadas de gran contenido filosófico y reflexivo, y muchas veces sus tramas futuristas son solo escenarios exóticos para plantear problemáticas del siglo XX, como la integración del individuo en la sociedad o los problemas de la comunicación con especies foraneas a nuestro planeta; todo esto muy influenciado por el tenso clima de la Guerra Fria. De hecho, Lem actualmente es conocido por la adaptación de Tarkovski de su obra, Solaris, que fue "calificada" en su tiempo como la respuesta soviética a la obra de Kubrik-Clarke 2001 odisea en el espacio, cuando la tematica poco a nada se asemejan. Fue esta faceta la que me atrajo tanto de el, y decidí probar con esta novela, y... Pasemos a la historia.
Todo comienza con el regreso de una expedición interplanetaria tras diez años de peregrinaje, del que toma tan poético titulo. Aplicando la relatividad temporal, estos 10 años dentro de la nave han sido en realidad 127 años en la Tierra, por lo que estos astronautas, ahora reliquias de otro tiempo en este nuevo mundo, deberán hacer frente a una sociedad en la que no encajan. Si analizamos la premisa, como tal, es brillante, con infinidad de posibilidades. Lem lo sabe, es inteligente y se viene arriba.

El autor junto a su robot

El tema de la novela se nos presenta muy pronto: la integración del hombre a la sociedad, o mejor dicho, la imposibilidad de esta integración. Al contrario que en otras películas, donde podemos ver que el viajero que llega al futuro tiene un periodo de adaptación al novedoso nuevo mundo -casi siempre a modo de remedo cómico- que dura poco mas de unas escenas; en esta obra, nuestro protagonista esta confuso desde el principio hasta el final, las ciudades son diferentes, los objetos de la vida cotidiana irreconocibles, el idioma distinto, la comunicación difícil, y todo esto se transmite al lector quizá demasiado bien. Y es que conforme uno lee la novela se siente tan, o mas confuso que el protagonista, haciéndonos perder constantemente el hilo de lo que se esta contándonos e imposibilitandonos a formar una escena en la cabeza, y si lo logramos muy rara vez se asemeja a lo que el autor esta narrando. Este triunfo del estilo de Lem es brillante, si, pero al mismo tiempo frustrante, y nos acompañara durante toda la novela pues, como he dicho anteriormente, el protagonista jamas se adaptara por completo a la sociedad del futuro. y hablando de la sociedad, esta también es muy distinta. Lem flirtea ligeramente con la utopía ofreciéndonos una sociedad que ha abandonado el primario impulso a la violencia, mostrándonos unos seres humanos mas hedonistas y libres de conflictos. Pueden imaginar que nuestro confundido astronauta desentona bastante en esta nueva sociedad.

Si, Fry. Date por jodido con Lem

Para crear este estilo confuso Lem nos describe con minucioso detalle cada cosa que ve nuestro protagonista desde sus ojos; es un estilo sencillo, conciso, sin excesivas florituras, pero que engloba a la perfección. El tema esta bien tratado y deja un agridulce sabor de boca por nuestro desdichado protagonista. Sin embargo, el libro nunca resulta ameno ni fácil de leer, si no le tenéis paciencia muy seguramente no lo terminéis; en mi caso, tuve demasiado estomago, pero podría llegar a decir que la historia me gustó, lo suficiente para quedarme con mas ganas de Stanislaw Lem, y no descarto volver a intentarlo con Solaris.

Ejemplo de viajero del tiempo que logra adaptarse a la sociedad. Inquietante, Carmen


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...