Páginas

domingo, 22 de marzo de 2015

H. Rider Haggard - Las minas del Rey Salomon

Aunque en mi blog suela escribir como si fuera un filologo de la vida con aires de ángel caído y critique obras intensas con una pomposidad que tira a lo pretencioso, en el fondo soy como un niño pequeño, barbudo y feo, pero un niño pequeño al fin y al cabo. Creo que la mejor forma de demostrarlo es mi amor por las novelas de aventuras. Por mucho que algunos expertos se esfuercen en dignificar al genero folletinesco y de aventuras citando simbologias ocultas, criticas sociales encubiertas -o no tanto-, o simplemente como un detallado testimonio de una época, cuando estas obras se crearon no tenían mayores pretensiones que las de entretener a la clases populares.  Muchos otros grandes escritores, hoy clásicos literarios, que se vieron obligados a publicar sus mejores obras en este formato no los meto en la afirmación anterior, pues creo que salta a la vista que su intención inicial no era la de entretener, eran otras muy distintas y variadas; Ademas, autores como Dumas, aun rodeado de negros -literarios, obviamente-, escribían de puta madre.

La obra de H. Rider Haggard, escritor británico prototipo, aventurero, intrépido al igual que sus personajes, caballeroso y con un gran amor por las tierras salvajes, en la misma estela que Arthur Conan Doyle o Robert Louise Stevenson, diria tambien Kipling, pero, como he dicho antes, tenia pretensiones muy distintas a las de entretener. Fue el creador de dos sagas de aventuras que, en su entonces, fueron un éxito de publico, pero que actualmente solo se las recuerda por la participación de uno de sus personajes en la liga extraordinaria de Alan Moore. El tiempo, por desgracia, es así de perro en algunas ocasiones, aun tratandose del creador del género de aventuras en lugares mitológicos o de descubrimientos fabulosos. Estas dos sagas fueron la saga de libros de Allan Quatermain, el legendario cazador de elefantes de las peligrosas sabanas sudafricanas, y la saga de Ella, o Ayesha, soberana de un legendario reino oculto en las inexploradas y selváticas regiones del corazón de África. El resto de sus obras podrían catalogarse de menores, unas aproximaciones al genero de la ciencia ficción y unas novelitas de aventuras con los zulues de protagonistas y otras leyendas nativas. Pero centrémonos en las minas del rey Salomon.



Quatermain según Moore

Lord Henry, un caballero ingles, recurre a la ayuda del experto cazador Allan Quatermain para encontrar a su desaparecido hermano George, que fue al Africa profunda en busca de las legendarias Minas del rey Salomon, donde se ocultan tesoros de incalculable valor. Henry y Allan contaran con la ayuda de un capitán de la marina y un nativo con un muy apropiado secreto. Durante su aventura cruzaran sabanas y desiertos, enfrentaran a despiadadas bestias y a tribus guerreras hasta por fin alcanzar su ansiada meta, que cada vez se aleja mas del proposito inicial de rescate.



Allan Quatermain SUPREMO

Las minas del rey Salomon es la novela de aventuras definitiva del mismo modo que Indiana Jones lo es en el cine: es intensa, es frenética, trepidante, misteriosa y exótica. La pluma de Haggard refleja un África hermosa y despiadada, poblada de ancestrales misterios y de un exotismo delicioso; no me extraña que en su época esta obra fuera anunciada como "el libro mas asombroso jamas escrito" (sic), el británico promedio de la época victoriana quedaría asombrado por un retrato casi fantástico de un continente que por entonces empezaba a desvelar sus secretos. Los personajes siguen mas o menos la estela clásica del genero de aventuras: Lord Henry es orgulloso y tenaz, como buen modelo; Quatermein, nuestro protagonista, aun siendo un avezado cazador, siente que muchas veces la aventura le supera, convirtiendole en un héroe mucho mas tridimensional que sus compañeros; el capitan sirve mas como elemento cómico que como personaje funcional, y el nativo es un deus ex machina sin desarrollar, lo cual  es comprensible para la época. Aunque es bastante menos ofensivo de lo que uno podría imaginarse al estar escrito por un británico residente en Sudafrica... El estilo de Haggard es correcto, para nada sobresaliente, no llega a entorpecer la lectura, pero tampoco se puede decir que sea un prodigio del lenguaje. 



No como otros ¿Verdad, Tolkien?

Cuando, tras superar numerosas dificultades, nuestros héroes al fin alcanzan las minas, estas se muestran con un resplandor propio casi maravilloso, como cuando descubrimos Shambbala o Irem de los pilares en Uncharted o Indy encuentra Petra: leerlo es revivir la infancia y la pasión por esas historias. Ojala pudiera hablar mas de la novela, pero la leí hace tantos años que los recuerdos de la misma están bastante distorsionados tanto por el tiempo como por la nostalgia. Aun así, la recomiendo encarecidamente, se lee en un suspiro y es imposible no disfrutar recorriendo la África salvaje de la mano del Macumazhan, "el que vigila en la noche", un personaje a descubrir. 

A propósito, existe una película, de los años 50, creo recordar, y que se la nomino a varios Oscars. Bueno, ni os acerquéis, es un verdadero insulto a la obra; la vi hace también varios años, pero su infame recuerdo aun perdura en mi mente. 



2 comentarios:

  1. Hola por el excelente trabajo en tu blog te he nominado a un premio, pasa por mi blog para que lo veas literaturamusicayotros.blogspot.com/2015/03/premios-one-lovely-blog-award-y-dardos.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu nominacion, me alegro de que te guste el blog e.e¡¡

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...