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viernes, 20 de febrero de 2015

Oscar Wilde: El retrato de Dorian Gray

Si tuviéramos que decir cual de las adaptaciones al cine de terror es la que menos justicia le hace al libro, con diferencia, tenemos que dejar a lado al Dracula de Christopher Lee y los Frankensteins de la Hammer, y centrarnos en las películas de El retrato de Dorian Gray. Y es que esta novela no es una obra de terror, para nada, ni siquiera de suspense ni inquietud, es solo un panfleto esteticista, un cuadro -!metáforas, a mi¡- de la sociedad burguesa victoriana y de la escena artística de finales del siglo XIX. Ese matiz de terror sobrenatural que le han dado a la hora de describir al cuadro en la obra simplemente no existe, el cuadro es lo que todos ya sabemos, una representación explicita y metafórica de la corrupción del alma del individuo.

Que podríamos decir de su autor que no conozca ya el gran publico: dandy, enfant terrible, esteta, novelista, y dramaturgo, Oscar Wilde se dedicaba a sacar de quicio a sus paisanos con su epigramatico sentido del humor y su estilo de vida, que terminaría por llevarlo a prisión y, tras una pulmonía, a la tumba. Como su autor, igual de conocida, o mal conocida, es su obra.

Wilde vestido de dragqueen steampunk
El joven Dorian Gray descubre al mirar su retrato que envejecer no es un buen plan siendo tan guapísimo como es el, y firma un pacto intimo entre cuadro y el, decide que sea este quien cargue con el muerto. Así comienza su espiral de autodestrucción, guiado por el cínico Lord Henry, en la que flirtea con todos y cada uno de los pecados y vicios imaginables a su alcance. Ni la edad ni los vicios le pasan factura, sigue manteniendo su lozanía y juventud, mientras que su cuadro va desfigurándose mas y mas, representando cada uno de los males que su reflejo a causado en el mundo.
La novela es un conjunto de excesos propios del movimiento esteticista. Wilde se regodea en descripciones de paisajes, salones suntuosos, flores, vestuario y meditaciones sobre la moral, pero sobre todo de la belleza, en concreto, la del prota. Estas reflexiones son pronunciadas casi siempre en boca de Basil, el pintor enamorado, y de Lord Henry, que no habla, sentencia, y sentencia con un cinismo y una clase que lo convierten en el personaje mas carismático del libro. Dorian Gray, aun tratándose del protagonista, queda eclipsado por la genialidad de Lord Henry, al que se ama o se odia, pero indiferente no deja. El famoso cuadro, que en las películas de terror esta monstruosamente deformado, en la novela se insinúa mas esta deformidad; es increíble que para lo prodigo que era Wilde a la hora de hacer descripciones se contuviera al mostrar el elemento mas llamativo de la novela; aunque confieso que es una elección muy inteligente, la imaginación del lector puede concebir un retrato mucho mas monstruoso que cualquier descripción, por minuciosa que esta fuera, hecha por el autor.

Esto, en particular, no lo vais a ver en el libro
Poco mas se puede decir de la novela que no se haya visto en las adaptaciones cinematográficas o que no sean descripciones kilométricas de mobiliario y cosas brillantes -y Dorian, mucho Dorian-. Confieso que no es una novela fácil, y mas si vas con la mentalidad de encontrar una obra fantástica o de terror sobrenatural. Pero, aun así, si te gustan los cuentos del autor, el siglo XIX mas impresionista o perdonas el estilo esteticista y recargado del autor, recomiendo encarecidamente su lectura. A mi, sinceramente, no me decepciono en ningún aspecto. Eso si, haceros un favor, no veáis ninguna de las películas, sobretodo la ultima, que roza los limites de lo vergonzoso. Y en La liga de los hombres extraordinarios... Dios.

¡Oh, Yisus! ¡Buscando fotos de la peli acabo de reconocer a Colin Firth! ¡Guapo!


2 comentarios:

  1. El personaje de Henry siempre me pareció un alter ego de Wilde (bueno y no solamente a mí, es algo que se ha dicho siempre xD) y eso me hace querer más a este libro. Coincido contigo en que se ama o se odia y que no deja indiferente. Fue el primero del autor que leí y no pude acertar más :)

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    Respuestas
    1. Es que Wilde era mucho Wilde e.e
      Lord Henry es Oscar Wilde, yo soy tambien de esa opinion, pero la verdad es que a Wilde le encanta siempre meterse en sus historias, como por ejemplo en El crimen de Arturo Saville, la anfitriona, la del quiromantico, es igual de epigramatica que Wilde. No puedo dejar de sentir pena por el final que tuvo al final el pobre Oscar...

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