Si sabéis el nombre del cuadro decirlo |
Como he dicho antes, Amin Maalouf es libanes, exiliado en Francia, y gran conocedor del mundo musulmán (Aun siendo el cristiano) y de la cada vez mas marcada brecha occidente-oriente. La gran mayoría de sus novelas versan sobre este choque cultural, el comienzo del mismo 900 años atrás (Las cruzadas vistas por los árabes, que ya reseñare), hasta las consecuencias hoy en día. Pero esta novela en concreto, si bien reflexiona, siempre de forma critica, acerca de la anquilosada sociedad de los países árabes, tiene detalles que la convierten en una obra única dentro de su producción. Para empezar, esta novela es un apocalipsis.
Bueno, eso ha quedado muy rotundo, digamos mejor, un comienzo de apocalipsis. En el futuro, el descubrimiento y la posterior comercialización de un afrodisíaco que promete el nacimiento seguro de un hijo varón provoca un desbarajuste en la población africana y asiática. Lo que empezó en estos lugares pobres de mentalidad retrograda y misógina terminara rápidamente salpicando al primer mundo rico, que tendrá que solucionar este problema tratando cuando ya es demasiado tarde y, como siempre, de no alterar el status quo imperante. Toda esta situación de crisis es narrada por el protagonista para que su hija, Beatrice, sepa que ocurrió el siglo anterior de su era.
El bueno de Amin, posando contemplativamente |
Amin Maalouf construye esta fabula para exponer, reflexionar y criticar una situación que a veces ignoramos, por conformismo o por hastió. Conformismo porque pensamos, como ocurre en la novela, que es un problema local, que no nos tocara, y hastió a causa del feminismo extremista que convierte en frívolo con su radicalismo un tema candente y serio. El machismo, muy ligado a la religión y/o a un tradicionalismo rancio, es expuesto como un detonante de una de las múltiples formas de acabar con la humanidad. Y Maalouf lo sabe, y es por ello que no lo critica de forma visceral, maniquea, si no que lo expone con inteligencia, siempre reflexivo, tratando de inculcar al lector una mentalidad comprensiva pero no por ello menos critica. Todo tiene un tono gris, y Maalouf siempre se muestra conciliador entre los dos bandos, ricos y pobres, occidente y oriente, mostrándonos los tonos grises y cuan culpables somos nosotros también de situaciones similares. Así mismo, en esta novela Maalouf realiza una maniobra arriesgada, nos ofrece soluciones, y sobretodo soluciones que debemos que tomar nosotros, como países ricos.
El estilo de Maalouf no es ensayistico, como sugiere el tema y el desarrollo de la trama. Se inclina mas por un tenue lirismo en las reflexiones, con un toque muy humano para describir las relaciones entre los pocos personajes y las distintas culturas. Su lectura no se hace pesada en ningún momento, deslizándonos sin complicación a través de paginas y paginas en las que el horror a un cercano conflicto global da paso a un moderado "triunfo" de la tolerancia, a una esperanza de cambio y evolución, seria mas apropiado decir. Es un libro altamente recomendable, al igual que el resto de la producción del libanes, que ya ire reseñando en los próximos días.
Aviso, las opiniones expresadas por Yisus no son compartidas por el autor de la reseña. Mi blog esta bajo la influencia de un virus cristiano |
Castigo divino, definición gráfica |
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